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miércoles, 26 de abril de 2017

Waldemar Lagos

Waldemar Osvaldo Lagos Sellanes nació en Rincòn del Pino (San Josè) el 10 de diciembre de 1936.
Cuenta Eduardo Moreno: “El 10 de julio de 1963, y la aciaga jornada del vapor de la carrera "Ciudad de Asunción", fueron mi primer recuerdo de “el mayor de los Lagos”, que se había puesto bajo el ala a sus hermanos, y había iniciado su audición propia en CX50 Radio Independencia, de Montevideo.
Era un día poco propicio para la navegación marítima, de firmamento cubierto y muy nuboso, con tormentas de corrientes eléctricas y precipitaciones aisladas pero intensas, como anunciaban los informes de Meteorología. En el corazón del viejo barco, algo se hizo añicos, y el "Ciudad de Asunción”, sin buena visibilidad, se encontró, con inusitada violencia, con el casco de una embarcación a la vez hundida tiempo atrás.
Entre los que no sólo salvó milagrosamente la vida, sino que prestó su valor y su energía para que otros se libraran del peligro, entre el incendio de las máquinas y la carencia de salvavidas, estaba Osvaldo Waldemar Lagos. Poco después, cuando el mal momento había pasado, nos conocimos casualmente, y nació la amistad para siempre.
Desde 1960, se afincó en Buenos Aires, y en 1971, comenzó a conducir su audición "El rincón de los payadores" (Radio Argentina), en la que participé muchas veces. La guitarra, eterna compañera, lo llevó a Brasil, Bolivia, Chile, Perú, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Colombia, España, Portugal y Francia.
En 1981, me surgió un buen contrato, para actuar tres meses en Panamá, y ...fueron 34 años. Waldemar me realizó en “La Peña de Fausto”, la despedida. Cuando visitaba la Argentina, me quedaba en su casa. Visitaba su exitoso programa de LR2, y hasta grabamos dos o tres discos, con el respaldo musical de su hijo Osvaldito.
Desde el 10 de mayo de 1999, Waldemar descansa para siempre, en su patria adoptiva”.

“Santos Vega … Payador”

Santos Vega el payador,
aquel de la larga fama,
convirtió en celeste grama
a nuestro arte mayor.
Por eso rindo en su honor
mi más cálido mensaje
y en el nombre del gauchaje
un monumento levanto
para perpetuarlo en canto
a través de mi homenaje.

Santos Vega el payador
crece a través de su nombre,
en la palabra del hombre
que cristalizó el Señor.
Tan sólo el viento cantor
podrá vencerlo algún día.
Si hasta la voz de María
surge como en un lamento
para disputarle al viento
el cofre de su poesía.

Santos Vega el payador,
zorzal de campera estampa,
dueño y señor de la pampa
sobre el potro del honor.
Peregrino y redentor
de nuestro acerbo paisano,
genuino vate que el llano
acunó en tierno regazo,
grillo de sol, el parnaso
que envuelve su meridiano.

Santos Vega el payador
nació para la leyenda,
Ruiseñor en la contienda
y en la senda, galdiador
Glorificado cultor
de reverenciado encanto,
yo mi bandera levanto
como un simbólico acuerdo,
junto a la voz del recuerdo
que inmortalizó su canto.

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